

Danse Expressive – Le Corps en Rituel
Une médecine du mouvement et de l'âme
La danse expressive est une pratique de libération et d'expression profonde.
Elle ne cherche pas à « bien danser », mais à laisser danser ce qui vit en soi : émotions enfouies, élans vitaux, blessures anciennes, joie pure...
À Samauma, la danse devient un rituel de transformation, une prière incarnée.
Pourquoi danser ?
Parce que le corps sait. Il contient la mémoire de nos histoires, de nos joies, de nos peurs, de nos enfermements. Danser, c’est libérer les noeuds énergétiques, remettre en mouvement ce qui était figé, faire circuler la vie.
La danse expressive permet de :
-
Se reconnecter à son corps comme temple sacré
-
Lâcher les tensions, les schémas, les peurs
-
Activer la joie, la puissance, la créativité
-
Célébrer la vie, seul et ensemble
"La danse, ce n’est pas ce que l’on fait, c’est ce que l’on devient."
Une pratique au cœur des retraites
À Samauma, les séances de danse expressive sont proposées :
-
En ouverture de retraite pour poser l’intention et activer l’ancrage
-
En intégration post-cérémonies pour libérer l’énergie
-
Lors de rituels spécifiques liés au feu, au féminin, au souffle
Chaque séance est accompagnée en musique (live ou sélection rituelle), dans un espace sécurisé, respectueux et inspirant. Aucune compétence n’est requise, sinon celle d’être vivant.
✨ Comment se déroule une séance ?
-
Cercle d’ouverture : parole, respiration, présence au corps
-
Phase active : mouvements libres, consignes guidées, percussions, temps de lâcher-prise
-
Phase d’intégration : silence, immobilité, écoute intérieure
Parfois douce, parfois sauvage, la danse peut vous traverser comme une onde, vous soulever ou vous déposer.
Informations & participation
La danse expressive est incluse dans nos retraites et peut être proposée en atelier ponctuel à la demande.
✉ sama@samauma-peru.org
📞 WhatsApp : +33 7 62 52 58 45
Danser, c’est prier avec les pieds nus, le cœur ouvert et l’âme vibrante. — Samauma

Expresando tu plasticidad corporal...
Exterioriza tu visión interior de la Vida... llora, ríe, juega, canta y mézclate con el movimiento para convertirte en la danza misma, el éxtasis. Esta práctica de danza libre, sin técnica impuesta, invita a todos a unirse al ritmo de la música, a conectarse profundamente con ellos mismos.
Esta actividad grupal es un espacio de descubrimiento de uno mismo y de los demás, guiado por música variada –tradicional, clásica, contemporánea– que lleva al ego a un viaje del cuerpo, alma y espíritu, conectando la Tierra con el mismo Cielo. La unión de los sonidos y el cuerpo se convierte en una forma de expresar y liberar emociones y creatividad, sin palabras, sólo con el lenguaje corporal.
Durante más de un siglo, los estudios científicos han sugerido que los humanos existen en múltiples planos vibratorios: emocional, mental y corporal. La danza nos permite conectar de forma natural estos diferentes niveles, promoviendo así una integración completa del ser.
Estos ejercicios crean encuentros profundos con uno mismo y con los demás, abriendo nuevas perspectivas sobre el significado de la vida. Al ir más allá del juicio y la competencia, esta práctica promueve una comprensión complementaria y creativa, donde todos pueden descubrirse a sí mismos más allá del condicionamiento social.
La danza nos invita a vivir plenamente nuestras sensaciones, emociones y cosas no dichas. A través de la expresión instintiva del cuerpo, éste nos enseña nuevamente a anclarnos, a liberarnos de los miedos y a redescubrir la presencia.
Según la tradición de la plasticidad griega, enseñada por Suzana Miderman, quien introdujo a Jamaël en la danza expresiva, “todo movimiento se arraiga en la pelvis, la puerta a la vida. » Este camino de danza, realizado de forma consciente, ayuda a despertar el cuerpo tántrico, armonizando las polaridades de Femenino y Masculino y transmutando energías en pura creatividad.
Bailar, en definitiva, no requiere ninguna técnica específica, salvo la de abandonarse más allá de la propia mirada, para recargar las pilas, alimentar la creatividad y estar auténticamente vivo.